viernes, 15 de enero de 2010

Protección de Datos alerta contra los chivatazos anónimos y los 'soplones' en las empresas


Donde la vista y el oído del gran hermano no alcanzan a vigilar lo que usted hace y dice en el trabajo, ahí están sus compañeros para controlarle y, si es necesario, delatarle. ¿Ciencia ficción? En absoluto. Aunque pueda parecerle una pesadilla, cada vez son más las empresas españolas que instalan buzones para recoger de forma anónima las denuncias de sus empleados soplones.

Entre otros posibles abusos cometidos por las empresas, la AEPD cita; el acceso al correo electrónico de los trabajadores, la instalación de videocámaras por supuestas razones de seguridad, o la "implantación creciente de sistemas de denuncia interna y anónima" en los centros de trabajo.

La falta de una normativa legal que regule el funcionamiento de los buzones de chivatos está haciendo que éstos proliferen en los centros de trabajo, pese a que el artículo 6 de la Ley Orgánica de Protección de Datos señala que "el tratamiento de los datos de carácter personal requerirá el consentimiento inequívoco del afectado", y que las denuncias anónimas en el ámbito laboral no cumplen, obviamente, ese requisito.

¿Que pasa con las denuncias falsas?

La AEPD recomienda a las empresas que las denuncias no sean anónimas, para que se garantice al trabajador denunciado en caso de que éste quiera ejercer su derecho de acceso, rectificación y cancelación. De esta forma, al quedar registrado el soplón, la empresa podría imponer sanciones y adoptar medidas disciplinarias en los casos de denuncias falsas o malintencionadas.


Fdo. El moño anonimo

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