martes, 17 de marzo de 2009

MOÑOS INCOMUNICADOS


En el siglo de los avances tecnológicos, en que comunicarse con cualquier rincón del universo es cuestión de segundos, la dificultad para expresar aquello que sentimos resulta aún más penosa. Es que guardarnos lo que debemos comunicar va en contra de la transparencia de nuestras relaciones. La mayoria de las veces poder expresar nuestros verdaderos sentimientos redunda en un enriquecimiento real de nuestros vínculos, aunque los demás puedan eventualmente molestarse con aquello que les decimos.

Siempre es mejor ser frontal y hacer saber a los demás cuál es nuestro parecer, que almacenar a lo largo del tiempo resentimientos que inevitablemente un día han de desbordarse, adoptando quizá la forma de una crisis personal.


fdo: El moño reflexivo

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