Hay tres comportamientos, por lo menos, que un moño jamás le perdona a su jefe: la desconfianza en sus capacidades, la mentira y la falta de empatía. Casi todo lo demás puede tolerarse, pero mentir, subestimar e ignorar la vida emocional de las personas, es firmarse una sentencia de muerte como líder que pretende construir un equipo comprometido y con sentido común.
Fdo. el moño primero
Fdo. el moño primero
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